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Cuánto consume un frigorífico: lo que necesitas saber sin rodeos

MediaMarkt19 DE MAYO DE 2025
Una persona abre un refrigerador lleno de comida, sosteniendo un alimento en la mano, en una cocina con estantes y encimera.

¿Tu nevera parece estar chupando más luz que una farola? No estás solo. Con la factura subiendo y los electrodomésticos trabajando 24/7, es normal preguntarse cuánto consume realmente un frigorífico. Pero tranquilo, aquí no hay tecnicismos ni vueltas raras: te explicamos todo lo que necesitas saber, claro, directo y con consejos prácticos para que tu nevera no se convierta en el villano de tu casa.

¿Tu nevera gasta mucha luz? Esa pregunta te ha rondado más veces de las que estás dispuesto a admitir, ¿verdad? Y es normal. Entre la factura que no para de subir y el runrún de fondo que hacen los electrodomésticos todo el día, llega un punto en el que te preguntas si tienes una nevera o una central nuclear enchufada en la cocina.

Pero tranquilo. Vamos a entrar en materia con buen rollo, sin vueltas raras ni palabros de esos que suenan a manual de física. Aquí vas a entender cuánto consume un frigorífico y qué puedes hacer para que no te chupe la energía como un vampiro moderno. Así, directo y sin anestesia.

Lo que nadie te cuenta pero deberías saber

No todos los frigoríficos consumen lo mismo. Esto no va de talla única. Aquí influye desde el tamaño hasta la edad del aparato. Sí, como las personas: cuanto más mayor, más le cuesta funcionar con eficiencia. Un frigo de hace diez años no compite con uno actual, ni en diseño ni en consumo.

Y ojo, que muchos modelos nuevos vienen con etiqueta energética A+++ que suena a premio Nobel, pero no siempre significa lo que parece. Hay más tela que cortar. Lo importante es entender qué hacen realmente con la electricidad que usan y cuánta necesitan para mantener el frío.

¿La cifra mágica? Un frigorífico medio puede gastar entre 150 y 400 kWh al año. Lo cual se traduce en unos cuantos euros anuales que bailan en la factura. Si tienes uno muy grande o viejo, esa cifra puede subir. Y si lo usas como minibar con puerta abierta todo el día, ni te cuento.

Cuánto consume un frigorífico según el tipo y tamaño

Aquí viene la parte donde muchos se pierden. Pero tú no. Porque vamos a ponerlo en limpio, sin jerga. El tamaño importa. No es lo mismo un combi que una nevera pequeña de hotel. Ni se acercan. Los combis, esos con dos puertas (frigo arriba, congelador abajo o viceversa), suelen ser los más comunes y gastan más que los compactos.

Y luego está el asunto del consumo según el uso. Porque no basta con mirar la etiqueta energética. Si tienes un frigo enorme para una persona sola y siempre está medio vacío, estás desperdiciando espacio y energía. Es como tener un camión para llevar una mochila. Todo descompensado.

A modo orientativo:

Ahora, ¿significa eso que los grandes son siempre peores? No. Significa que debes elegir bien según tus necesidades. Si tienes familia numerosa y cocinas mucho en casa, no vas a sobrevivir con un frigo mini. Pero si vives solo y comes fuera, lo grande es puro derroche.

Cuánto consume un frigorífico y cómo evitar que se dispare el gasto

Vamos a la parte que interesa. ¿Cómo haces para que tu frigo no se convierta en el rey de la factura eléctrica? No todo depende del aparato, también entra en juego cómo lo usas tú. Y aquí hay truco. Bueno, varios.

Primero, la ubicación. Si está pegado al horno, al solazo de la ventana o empotrado sin espacio para respirar, va a trabajar el doble. Es como correr con bufanda en agosto. Dale aire, literalmente.

Segundo, el mantenimiento. Limpiar la parte de atrás (sí, esa rejilla polvorienta que nadie mira) hace maravillas. También vigila que las gomas de la puerta estén en buen estado. Una fuga de aire frío es igual a más consumo.

Y tercero, los hábitos. Parece una tontería, pero abrir la puerta todo el rato, meter comida caliente o llenar hasta arriba sin dejar circular el aire… todo eso suma. Es como dejar el grifo abierto mientras te cepillas los dientes. Mal hábito, peor resultado.

Persona abriendo un refrigerador gris con guantes amarillos, vestida con camiseta blanca y pantalones azules.

¿Realmente sabes cuánto consume un frigorífico en tu casa?

Si no lo sabes, estás adivinando. Y adivinar no sirve cuando se trata de energía. Lo mejor es ir al grano. Mira la etiqueta energética, sí, pero también revisa el manual (o Googlea el modelo si lo perdiste). Suma los kWh anuales y multiplícalo por el precio del kWh en tu factura. Ahí tienes la cifra que de verdad importa.

También puedes usar un medidor de consumo. Se enchufa entre la pared y tu frigo y te dice cuánto está gastando en tiempo real. Barato, útil y muy revelador. Puede que te lleves una sorpresa… para bien o para salir corriendo.

Y si ves que lo que tienes en la cocina parece una máquina tragapilas disfrazada de electrodoméstico, igual toca plantearse un cambio. No por capricho. Por lógica pura. Porque seguir con algo que gasta el triple solo porque “aún funciona” es como seguir usando una linterna a vela porque aún da algo de luz.

La pregunta no es solo cuánto consume un frigorífico, sino si vale lo que gasta

Aquí es donde se pone interesante. No se trata solo de cuánto consume tu nevera, sino de si ese gasto tiene sentido. ¿Te está dando lo que necesitas sin pasarse de rosca? ¿O tienes una nave industrial disfrazada de electrodoméstico?

Si vives pendiente de no abrir la puerta para no “gastar”, mal vamos. Un buen frigo debe ser funcional, eficiente y no darte dolores de cabeza con cada factura. Y sí, los modelos más modernos suelen hacerlo mejor. Pero tampoco hay que irse al último grito del diseño. Hay opciones sencillas que hacen bien su trabajo sin agotar tu cuenta bancaria.

Piensa en él como un compañero silencioso. Uno que está currando 24/7, sin descanso. Merece atención, mantenimiento y un poco de cabeza al elegirlo. Si haces los deberes, puedes tener frío garantizado sin que eso signifique pagar extra por el capricho.

Consejos rápidos para que tu frigo no se vuelva el villano eléctrico de casa

Sí, vamos con ideas prácticas. De esas que puedes aplicar ya, sin llamar a un técnico ni leer un manual de 300 páginas. Porque a veces, un pequeño cambio hace una gran diferencia:

  • Ajusta la temperatura. Con 4°C en el frigo y -18°C en el congelador vas sobrado.
  • Descongela el congelador si ves hielo acumulado. Ese hielo no enfría, estorba.
  • No metas cosas calientes. Espera a que se enfríen antes de guardarlas.
  • Haz limpieza regular. Vacía lo que no usas. Menos carga, menos trabajo.
  • No lo abras por costumbre. Piensa qué vas a sacar antes de abrir la puerta.

Son detalles. Pero suman. Como los céntimos en una hucha. Al final hacen la diferencia entre una factura que asusta y una que pasa sin drama.

¿Entonces, cuánto consume un frigorífico? Depende de ti

Podemos hablar de medias, de rangos y de números, pero la clave está en el uso. Tú decides si conviertes tu frigorífico en un aliado eficiente o en un agujero negro energético. No hace falta ser un genio ni tener un máster en domótica. Solo aplicar sentido común, un poco de cuidado y, cuando toca, actualizar.

Porque sí, el consumo importa. Pero importa más cómo lo gestionas tú. Ese es el verdadero poder. Y ahora que sabes lo básico, toca mover ficha. No por obligación. Por lógica. Porque cuando entiendes cuánto consume un frigorífico, puedes tomar mejores decisiones. Más claras, más tuyas.