Elegir una tablet hoy en día puede sentirse como hacer la lista del súper con hambre: demasiadas opciones, todo parece tentador y al final no sabes qué meter en la cesta. Que si pantallas enormes, que si mini, que si Android, iPadOS, Windows… tranquilo, que no es misión imposible. Solo necesitas tener claro qué quieres hacer con ella: ¿jugar, trabajar, ver pelis, o un poco de todo?
Al final, no se trata de la tablet más cara ni de la más bonita, sino de encontrar la que realmente encaje contigo. Aquí va una guía práctica (y sin rodeos) para que elijas tu compañera tecnológica sin dramas.
Tamaño de la pantalla: ¿compacta o de cine?
Portabilidad vs. experiencia inmersiva
Si buscas algo que puedas llevar de un lado a otro sin pensarlo dos veces, las de 7 u 8 pulgadas son perfectas. Son ligeras, entran en cualquier bolso y puedes usarlas con una mano. Pero si tu plan es maratón de series, dibujar o incluso trabajar, entonces vete a lo grande: 10 pulgadas o más. La experiencia es otra liga, aunque claro, ocupa más en la mochila.
Resolución y calidad de imagen
Aquí no todo es tamaño. Una pantalla en Full HD o 4K cambia la película (literal). Colores vivos, más definición y una experiencia mucho más agradable. Y si ves “IPS” en las especificaciones, apláudelo: significa que los ángulos y los colores serán mucho mejores.
Usabilidad en distintos ambientes
¿La usarás en la terraza bajo el sol? ¿O más bien en el sofá de noche? Algunas tablets traen pantallas con buen brillo para exteriores y otras se lucen en entornos oscuros. Piensa dónde la usarás más y elige en consecuencia.
Sistema operativo: elige tu equipo